Esta es la historia de la
mujer que había detrás de la estrella. Porque Marilyn Monroe era
una huérfana en todo el sentido de la palabra. Su infancia había de
todo menos tranquila, y como adulta siendo la estrella de cine del
momento, ocultaba todos sus miedos, su tristeza, su fragilidad y su
melancolía detrás de una preciosa sonrisa ante las cámaras. Ni el
dinero, ni la fama, ni sus múltiples amantes consiguieron llenarla.
Hija de un padre de origen
noruego al que nunca conoció, y de una madre con problemas
económicos y aún más serios problemas mentales, la pequeña Norma
Jeane (nombre de nacimiento de la que un día sería la famosísima
Marilyn Monroe) pasó su infancia de casa de acogida en casa de
acogida, sin el calor de un hogar y una familia verdadera. Este
hecho, junto con las dos violaciones que sufrió antes de cumplir los
trece años, la dejarían marcada para siempre.
Pero quedaban muchos años
para alcanzar la fama, y por el camino un matrimonio exprés con su
posterior divorcio para no ser enviada de nuevo a un horfanato, y
duras horas de trabajo en una fábrica de armamento durante la
Segunda Guerra Mundial. Una Marilyn muy alejada del icono de belleza
que es hoy. Una joven que seguía arrastrando los pesares de una
infacia y adolescencia turbulenta. Una chica que soñaba con
triunfar, creyendo que esto por fin le traería la felicidad.
Pero no fue así.
El éxito llegó, un éxito
mucho mucho más grande del que jamás hubiese podido llegar a
imaginar, pero un éxito esteril, un triunfo frío. Las luces de los
focos, los flashes de las cámaras, y los constantes cortejos de los
hombres más ricos e influentes de América no fueron suficientes
para llenar ese constante vacío, esa incurable sensación de
abandono. Así las crisis depresivas, los ataques histéricos en los
rodajes, el abuso de sustancias, y las tormentosas relaciones
amorosas (se casó y se divorció dos veces más) se sucedieron una
detrás de otra hasta que un día la estrella que más había
brillado en las colinas de Hollywood se apagó en la más extraña de
las cirscunstancias la noche del 4 al 5 de agosto de 1962.
No hay comentarios:
Publicar un comentario